Pero, ¿cómo no voy a tener confusión? Si estoy en invierno y los pájaros cantan en el tono de la primavera; si lejos de frío y húmedo viento de esta costa, el amanecer despunta un nuevo regalo de sol y luz; si escucho planteamientos contradictorios de quienes dijeron que nunca harían tal o cual cosa y a pesar de estar grabado, para más efecto de recordatorio, se permiten el lujo de contradecirse con autocomplacencias y mensajes de “salva vidas”. Supongo que no seré la única confusa de este país y si pudiéramos hacer una reunión de confusos, ¿qué saldría de ahí? Da igual la tendencia de cada cual, a mí lo que me importa es la coherencia y que nos dejen de manipular o por lo menos de insultar nuestra inteligencia. Porque la naturaleza va por su cuenta, pero lo que hacemos los humanos, depende de nuestra intencionalidad.