¿Qué tipo de degeneración de nuestra especie, puede llevar a que treinta “cosas con piernas” por cobarde puro placer, acorralen a una joven y la destrocen literalmente?
¿Qué tipo de perversidad puede hacer que esas “cosas” se recreen a través de los avances tecnológicos para hacerlo público y narrarlo como si fuera una actitud heroica?
¿Qué tipo de sesos tienen quienes lo jalean, alientan y disfrutan con esa aberración?
Tengo la indignación introducida en mi alma y el asco remueve mi mente.
Hay algo más que atraviesa las fronteras de un país para no dejar impune EL HORROR de un acto tan brutal, despiadado, impropio de los animales, sólo posible por “cosas” amorfas, engendros de una especie.
Para éstas y otras “cosas” repartidas por el mundo, debería existir un Orden creado por los Derechos Humanos que los combatiera sin dilación.
Somos muchos más que estas “cosas”. Las personas unidas podemos tener una Voz que escuchar si cada una aporta algo que decir.