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MP. Berzosa Grande

La vida está llena de pequeños héroes y heroínas que nos invaden con su presencia para enseñarnos la verdadera Valentía. La capacidad de percibirse hundidos y a pesar de eso, levantarse, desenrollando el ovillo que se habían hecho con su propio cuerpo. Vidas cotidianas, que no pretenden famosear, ni hacer de sus dramas una farándula para ganar dinero a base de sus desgracias. Vidas, marcadas por las carencias de dinero, pero que olvidándose de eso, son capaces de ver las prioridades de echar una mano a un amigo. Vidas marcadas por el apego, por la fantasía de que el Amor es lo que puede salvar a este mundo y que a pesar de eso, están ahí sin escuchar al eco en forma de orgullo. Vidas marcadas por la salud desde bien jóvenes, que a pesar de eso, consiguen sacar toda la fuerza a través de una sonrisa y con ella dar el ejemplo de que hay que seguir, que hay que vencer, que merece la pena.

Esas vidas que nos enseñan y nos alientan, anónimas, sin alardeos; que nos acompañan casi sin saberlo. Muchas más de las que nos creemos, que miran en su interior y con su banda sonora inundan nuestras ondas para rescatarnos a tramos de nuestros fantasmas