img_0385

No importa en qué momento del año se pueda estar, para encontrar un momento de belleza porque si tuviéramos que esperar a que sucediera algo extraordinario, nuestra vida sería muy frustrante.
Un frío invierno puede que no nos guste porque prefiramos el calor provocado por el sol; quizá a otros, esos intensos rayos le generen más tensión que placer.
Pero quizá, aunque estuviéramos en el paraíso más maravilloso, no lo valoraríamos, sencillamente, porque nuestra mente estuviera obcecada en pensamientos turbulentos, en emociones encontradas o en traumas no resueltos.
Incluso, hay personas que con sus mentes maravillosas, tienen rastros de fantasía que les aligera las cargas de su padecer, de su presente. Personas que se fijan, a pesar del dolor y las dificultades,  en la pequeña sonrisa o el breve despertar o en algo insignificante, que les hace continuar.
En el hoy, en el ahora, en este preciso instante que por veloz ya pasó, no cabe más que estar y ocuparse para juntar segundos de vida. Hay personas geniales que día a día me enseñan que es posible.