Bailamos entre palabras y deseos, entre actos y detenimientos…y en ese son, nos encontramos la maravillosa melodía de la Voluntad para poder ejercer cualquier aspecto de nuestra Vida: desde el más pequeño reto, insignificante por cotidiano o por inconsciente, hasta el más alto Proyecto que al inicio, puede percibirse inalcanzable. Todos necesitamos Voluntad, sin distinción ninguna, para sentir que progresamos entre acordes, donde la Valentía nos hace avanzar, a pesar de los frenos innatos o impuestos que podamos tener (esos clichés que nos acompañan desde siempre). A través de la Valentía podemos mirarnos al espejo para percibir el Valor que tenemos: Valor por permanecer afrontando lo que corresponde, con el mejor de los ánimos, con el respeto de los altibajos, con la compasión de los errores, para poder seguir madurando. Entonces, se produce la percepción increíble del reconocimiento de nuestra Valía en cada amanecer.