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Un acontecimiento, incluso trágico,  puede provocar una reacción en cadena de tal calibre que primero podemos tomarlo como si de una casualidad se tratara; pero eso sólo es fruto del desconocimiento y la incapacidad de ver a esa  velocidad. Lo que estaba a veces, sólo se va macerando mientras que vivimos lo emergente, es sólo cuestión de tiempo para que, el sostén del orden del universo, al modificarse,  caiga como las fichas de dominó, de manera irremediable. Ahí, destrozadas en el suelo, aunque una perciba que está paralizada, todo sigue moviéndose para dar la oportunidad de otro orden. Así, del caos, nace otra secuencia, a lo mejor en el mismo escenario, seguramente con algunas personas diferentes y lo mismo, las que hay, no se perciban igual.

El caos visto así, da la oportunidad de seguir caminando y ¿avanzar hacia otros universos? No es eso lo importante, en realidad. ¡Avanzar desde otro punto del mismo universo, cambiando la perspectiva!. Quizá cuando una se da cuenta del poder de ese acontecimiento, es cuando se está en el inicio de otro plano.