El amor es tan maravilloso que, una vez liberado de las cadenas de los convencionalismos culturales, consigue que fluya espontáneo y mágicamente a través de la esencia de las personas que se sienten atraídas.
¿Qué más da si se es más mayor o más joven?
El amor se contempla poderoso cuando la sintonía surge sin más, por la conexión de dos personas que tienen la suerte de encontrarse y comprenderse.
Sin duda, es algo atípico, porque la mayoría cumple con el plan preestablecido. Las presiones de las costumbres son tan potentes y están tan presentes, que muy pocos son los que se atreven a vivir de otra manera.
¿Cuántos momentos de tensión y dudas pasarán esos amantes, máxime si la persona más mayor es la mujer? Sí, porque aún está más denostado que una mujer más madura que su pareja sea vista como natural. Pero, ¡Qué belleza estar por encima de lo que se espera de uno y creer en la persona elegida! ¡Qué milagro de la naturaleza que esas personas encuentren el amor por sí mismas y lo fortalezcan por la lucha que les ha supuesto salir a la luz, sin perder la admiración mutua!
¡Qué valentía!
Pasitos cortos, breves y hasta tímidos, pero que dejan huella y hacen bailar una misma melodía
¡Larga vida al amor! A ése que moviliza a las personas, a pesar de todo, a tener un Proyecto en el que creen y que lo hacen común.