Llevo meses ausente aquí. Muchos son los motivos, pero sobre todo me ha movido la convulsión intelectual y emocional en referencia a lo que vivo y pienso. Algo en mí se ha rebelado. He necesitado todo este tiempo para encontrar el tono y dejarme llevar por lo que ahora mismo vivencio de mi alrededor.
He vuelto con el fin de seguir tras esta crisis de exposición de mis ideas, tal cual. Sin saber si va a ser interesante o conveniente. No sé cuánta poesía tendrá este nuevo tramo, pero no me lo voy a plantear. Vamos a ver lo que sale y hoy comienzo pensando en los niñ@s. Los inocentes seres que vienen al mundo sin llamar y que ignorantes, confían en que su familia les va a dar el calor que necesitan, la protección para desenvolverse en este mundo. No es suficiente con un minuto de silencio para los hermanos de Godella. No, ¿por qué nadie escuchó a esa abuela cuando dio la alarma? ¿Quién se va a responsabilizar de este grave suceso? Esto merece una gran reflexión y consecuencias jurídicas para los encargados de los Servicios Sociales que llevaran el caso. ¿Se imaginan el desgarro de esa abuela?
Pobres niñ@s de nuestro mundo Occidental tan falso en determinados momentos: los que no tienen que aguantar estar solos todo el día (los famosos “niños llave”) tienen que irse con figuras paternales maltratadoras, tienen que soportar la negligencia de muchos progenitores por ser desde hiperpermisivos a ser hiperautoritarios… Sabemos que este crimen es algo excepcional, pero es imperdonable si realmente había alertas.
Pensar en nuestros niñ@s no es complacerles con todo, ni llenarles la cabeza de tecnología para que se callen, no den la lata o se crean los padres que así van a ser más felices. No y mil veces no. ¿Qué estamos haciendo con nuestros niñ@s en este siglo? Pensemos un poco sobre ello, merece la pena.