Te crié con todo el cariño del mundo, para que un día fueras independiente y feliz.
No me importó nunca, si te gustaban los hombres o las mujeres porque eso formaba parte de tu vida privada.
Te crié con todo el esfuerzo posible, para que pudieras ser un día una persona Eficaz.
No me importó nunca, si elegías una profesión u otra, sólo te pedía honestidad.
Te crié con disciplina, para que pudieras estar acostumbrado a frustrarte ante las adversidades.
No me importó nunca si eso te hacía sentir mal porque era conocedora del beneficio.
Pero nunca te crié para que un día me llamaras desesperado, tan joven, mientras disfrutabas, escondido en un servicio, con otros jóvenes como tú, mientras esperabas a que un ser maléfico te matara. Nunca me esperé este adiós.
Me quedé sin oxígeno, bloqueada, sin capacidad de entender por qué el mundo en el que te crié, sigue siendo tan cruel.
Ahora, lloro por lo que fuiste y por lo que te privaron ser y NADA lo justifica, NADA me consuela.
