mar-coral

Aguas cristalinas, tranquilas, sosegadas.
Mar de coral, cálido y templado.
Transparentes aguas donde mi  mirada
descubrió  un encantador mundo de colores.
Sólo ese mundo pensé que me regalaría
el entramado pacífico de mi sentir.
Cegada por el reflejo de tanta belleza,
no miré la inmensidad del océano.
No percibí el movimiento de las olas,
ni vivencié la corriente subterránea.
Hipnotizada por su esencia,
me quedé paralizada entre sus jugos,
mientras la marea rápida y vigorosa,
invasiva y volcada en su propio ritmo,
me arrasó.
Cabeza abajo, floto al son de lo que queda
con la mirada puesta en tu coral,
inmóvil, sin respuesta…
Aferrada a un nuevo orden.