Nuestros niños y niñas están en un momento delicado. A través de redes sociales están expuestos a muchos peligros, de los que no son conscientes. Estamos obligados a alertarles y velar por sus mentes.
No me gusta ver
cómo se mueven los hilos
para manejar mi mente
y, sobre todo,
la de las niñas y niños.
No, no me gusta.
¡Qué fácil lo tienen
los que saben bucear
por las redes invisibles,
lanzando trampas
imposibles de esquivar!
Son tan atractivas, tanto,
como las golosinas de aquella
antigua bruja antes de
cocerles en el horno.
¡Pobres inocentes!
Víctimas de la ingeniería social
de este siglo XXI.
AUTORA: PILAR MARGOD