Autor imagen: Aldo Toenlli

La argamasa de los días es algo que no se puede ver.
Es la mirada sincera de unos ojos directos.
Es el abrazo tierno de la confianza.
Es el beso cálido de quien bien te quiere.

Por cada uva, suelto un poco más el lastre
para fluir ligera en lo que acontece.
Desde arriba todo coge otra perspectiva,
solo hace falta que el viento sea un poco favorable,
que la templanza haga manejar la dirección.

Corazón e inteligencia al servicio del viaje que comienza.